DIARIO CÓRDOBA
Pozoblanco vivió ayer su día grande con la celebración de la romería de la Virgen de Luna, en la que llevó a la imagen de la Patrona desde su santuario en la Jara hasta la iglesia de Santa Catalina, donde va a permanecer casi cuatro meses antes de regresar a su ermita.
La climatología primaveral del último domingo de enero propició que miles de personas, 25.000 según fuentes municipales, disfrutaran de la jornada, que comenzó muy temprano en muchos hogares pozoalbenses. Antes de que amaneciera, centenares de romeros se preparaban para recorrer los 14 kilómetros de camino que separan Pozoblanco del Santuario donde les aguardaba la Virgen; unos lo hicieron a pie, otros a caballo y los más en coche y autobús.
La jornada transcurrió sin incidentes dignos de mención, según informaron fuentes del 112. En total, 60 agentes de seguridad y sanitarios, entre miembros de la Guardia Civil, Seprona, guardas jurado, Cruz Roja y Protección Civil, velaron por la seguridad de las personas que se concentraron en el lugar.
PROCESION Eran las once de la mañana cuando la Virgen salió por primera vez de la ermita que la cobijaba para recorrer en procesión el recinto religioso. Pocos minutos después tuvo lugar la misa de campaña concelebrada, que presidió el párroco de la iglesia de Santa Catalina, Pedro Fernández Olmo. Después, el ir y venir de fieles para verla ya de nuevo dentro de su templo fue incesante.
A las tres de la tarde los primeros disparos de los hermanos de la cofradía, el olor a pólvora y el revoloteo de la bandera anunciaron la salida de la Virgen en dirección a Pozoblanco. Centenares de personas se agolparon en la explanada del Santuario para despedir del lugar a la Patrona, casi los mismos que al anochecer se congregaban a la entrada del pueblo donde el alcalde entregó a la Virgen las llaves de los sagrarios de Villanueva de Córdoba y Pozoblanco. Minutos después, y siempre entre disparos de los miembros de su cofradía, el primer edil le entregó el bastón de mando de la ciudad ante las puertas del Ayuntamiento y, escoltada por las calles de Pozoblanco por los ciudadanos y numerosos jinetes a caballo que la habían acompañado por el camino, entró en la la iglesia de Santa Catalina, donde fue recibida entre aplausos y vivas por los fieles que la esperaban dentro del templo.
Hoy, fiesta local en el municipio, la Virgen saldrá en procesión a las once de la mañana.