MÁS DE VEINTE MIL PERSONAS ACUDEN AL SANTUARIO DE LA JARA
DIARIO CÓRDOBA
12/02/2007 M. LUNA CASTRO
Más de veinte mil personas participaron ayer en la romería de la Virgen de Luna, según informaron fuentes municipales, quienes también señalaron que la ausencia de incidentes fue la tónica general de la fiesta. A pesar del cielo gris que reinó durante todo el día y la amenaza constante de lluvia, se pudo disfrutar de una jornada llena de emociones. Los preparativos en las casas de los cofrades, que fueron recibiendo a partir de la una de la madrugada el toque del tambor que les recordaba que en unas horas comenzaría la romería, se unían a los que se hacían en cada uno de los hogares.
No había amanecido aún cuando decenas de personas, sobre todo pandillas de jóvenes, se disponían a recorrer a pie los 14 kilómetros de camino que separan Pozoblanco del santuario donde les esperaba la Virgen de Luna.
Por su parte, durante toda la mañana cientos de coches emprendieron su peregrinaje registrándose varios kilómetros de retenciones antes de llegar al recinto religioso, lo que hizo que muchas personas no pudieran acceder al mismo hasta pasadas las dos de la tarde.
La romería de la Virgen de Luna es una de las fiestas más multitudinarias de Los Pedroches. El sonido de la campana que los niños hacen tañer, el olor a la pólvora procedente de los disparos de los hermanos cofrades, el sabor del lomo de la orza y la tortilla de patatas que se comparte entre quienes se acercan al grupo de amigos y familias son sus señas de identidad. A ella acuden peregrinos de buena parte de toda la geografía nacional. No faltaron los devotos valencianos que como cada año, desde Gandía, viajan a Pozoblanco para participar de la fiesta. Como buenos levantinos, su presencia se hizo sentir no solo por la ofrenda floral que hicieron durante la eucaristía, sino por los cohetes que lanzaron a lo largo del día.
El momento de más emoción fue sin duda cuando, pasadas las tres de la tarde, la imagen de la patrona partió del santuario a hombros de jóvenes pozoalbenses camino de Pozoblanco.
Su llegada era esperada por una multitud de personas que se arremolinaban en el paraje del Arroyo Hondo, justo a la entrada del municipio. Allí los niños ofrecieron su hornazo y el alcalde le entregó las llaves de los sagrarios de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba.
Minutos después, ante la puerta del Ayuntamiento, recibió el bastón de mando como alcaldesa perpetua del pueblo, para entrar, seguidamente, en medio de la devoción popular en la iglesia de Santa Catalina, donde permanecerá los próximos cuatro meses.